domingo, 30 de marzo de 2014

Grey´s Anatomy: ¿Drama médico o Soap-Opera?


Anoche, al acabar de ver el decimoquinto capítulo de la decima temporada de “Anatomía de Grey” tuve una sensación de plenitud como la de quien se ha comido un T-Bone Steak (algo que no he probado desde que salí de USA en 1996).No es la sensación que experimento al terminar de ver episodios de otras series de televisión con mayor superioridad escenográfica, actoral o profundidad argumental. Es la comodidad y serenidad de ver algo tan cotidiano como esos viejos culebrones que siempre me dejaban satisfecha, Es que a pesar de caer bajo el rubro de “drama médico”, la serie de Shonda Rhimes es una  telenovela donde el romance, el sexo y las relaciones de pareja trascienden el tema médico.

Detesto a los médicos, pero adoro las series que tratan el mundo de la medicina (tal vez porque los galenos de ficción son tan diferentes a los de la vida real). Desde mi infancia que me he tragado dramas médicos desde el “Dr. Kildare” hasta “Scrubs”. He visto todo tipo de  doctores desde Marcus Welby hasta House. He visto soap-operas médicas (“General Hospital”), a oficiales practicar la medicina en teatro bélico (“MASH”, “China Beach”) y hasta las aventuras de una mujer que ejerce la medicina en el Lejano Oeste (“Dr. Quinn”).

Un día de estos voy a hace una nota sobre los dramas médicos, pero el caso es que “Grey´s Anatomy” es diferente a todos, porque a pesar de ser considerado “feminista”, este show contradice  las normas del Test Bechdel. En El Grey Sloan Memorial Hospital (antes Seattle Grace Hospital) las doctoras se la pasan hablando de su vida romántica, y esto se aplica hasta a un matrimonio  gay como el formado por Callie Torres (Sara Ramírez) y Arizona Robbins (Jessica Capshaw).

Arizona y Callie tienen una discusión marital en horas de trabajo (hollywoodreporter.com)


Aunque “ER” fue la que implantó ese estilo con el personal médico teniendo sexo en baños y closets del hospital, “Anatomía de Grey” lo ha superado llevando la obsesión del romance hasta el punto de que los affaires íntimos de los cirujanos se ventilan por todos los rincones del plantel, hasta en la sala de operaciones. El colmo llegó esta temporada cuando Miranda Bailey (Chandra Wilson) quiere que su marido, el interno Ben (Jasón George), la ayude enterarse de más comadreos sobre la vida sentimental de sus colegas.

¿Sería porque “ER” trataba sobre el acontecer cotidiano de un hospital de Chicago que los asuntos clínicos estaban al mismo nivel que los conflictos personales de los protagonistas? ¿Sería que en “ER” se enfocaba a todo el personal desde cirujanos hasta enfermeras, desde pacientes hasta barrenderos, por eso siempre se sabía que estábamos viendo un programa sobre medicina? ¿Sera que Grey´s Anatomy que solo se enfoca en un equipo de cirugía, necesita mantener el nivel de interés abocándose siempre a lo romántico hasta el punto que una operación sea  un mero paréntesis entre peleas y reconciliaciones entre amantes?



“Grey´s Anatomy” lleva diez temporadas al aire. Un record en una serie, pero su éxito y longevidad pueden deberse a que sus fans la siguen como si fuera una “soap opera” (el equivalente Anglo de nuestras telenovelas). Al menos, este año yo siento que la sigo con la misma avidez que diariamente me llevaba en mi adolescencia y primeros años de universidad a colgarme del capitulo diario de “General Hospital”.

Soy consiente que “Grey’s Anatomy” no es un gran show, que su feminismo muchas veces patina dando paso a anticuados sentimentalismos, y que en la vida real preferiría caer en manos del Maestre Qyburn antes que las de estos médicos calentones e irresponsables. Sin embargo, la serie supera esos bemoles con personajes fantásticos y tremendamente queribles.

Yang y Grey (Sky.com)


Aunque a veces quisiera arrastrarlas de las greñas, admiro a Christina Yang (Sandra Oh) y respeto a Meredith Grey (Ellen Pompeo). La camaradería de ese par es  sagrada, porque es la única amistad femenina real en una serie de televisión actual.  Y  la misma serie que nos enseña que si puede haber amistad entre mujeres, nos presenta a la pareja más linda de lesbianas de la televisión. Me corrijo, si me gustaría tener a Callie y a Arizona de médicos de cabecera.

En el área de romance, tampoco me puedo quejar. “Anatomía de Grey” me ha obsequiado con fenomenales historias de amor comenzando por los protagonistas Meredith  y su marido Derek Sheppard  (Patrick Dempsey) que por una década han permanecido fieles a su amor, a pesar de los inevitables obstáculos.
(examiner.com)


En cuanto a Cristina, aunque me enamoré con ella de Owen Hunt (Kevin McKidd), no olvido que su gran amor se llamó Preston Burke (Isaiah Washington). Un estúpido comentario homófobo de  Washington acabó con su personaje del Dr. Burke y con su relación con su interna Cristina. Me gustó que por un largo tiempo Yang permaneciese célibe y que, incluso ya enamorada de Hunt, dilatara la consumación física de su pasión. Fue ultra romántico.

(fanpop.com)


Lamentablemente, las expectativas de Yang y el Mayor Hunt no eran las mismas lo que acabó con el matrimonio. Es evidente que se quieren, pero hay obstáculos que no pueden superar. En el antepenúltimo episodio, Cristina y Meredith comparten una de sus famosas “noches de chicas” en la que la conversación de las doctoras no pasa ningún Test Bechdel, los hombres son el tema principal.

Cristina está deprimida porque ve que Owen ha encontrado otra pareja. Emma puede darle a su ex todo lo que Yang le negó (hijos y cenefas en las cortinas). Cristina termina la noche borracha en la casa rodante de Hunt donde hacen el amor. Pero los shiperos del par no nos hacemos ilusiones. Ya tenemos noticias de que esta será la última temporada de Sandra Oh en la serie. Recientemente  un spoiler atenuó la tristeza
provocada por la partida de mi personaje favorito. Isaiah Washington regresa a Seattle. Aparentemente, Preston Burke volverá a la vida de la cardiocirujana a demostrarle que nunca salió de ella.

Burke consuela a Yang por la pérdida de su bebé (grey´sanatomy.wikia.com)


Hasta para decirle adiós a personajes, “Grey´s Anatomy” es romántica, y lo demostró cuando Eric Dane y Chyler Leigh dejaron la serie en el 2012. Después de un aparatoso accidente de aviación, Lexi Grey (Leigh) muere casi en brazos de Mark Sloan (Dane) jurando que nunca ha dejado de amarlo. Semanas más tarde, Mark fallece debido a complicaciones causadas por el accidente. A los shiperos creyentes nos quedó el consuelo de imaginarlos juntos en el Mas Allá.



Pero volvamos al factor “culebrón” que es más que ejemplarizado por el personaje de la doctora April Kepner (Sarah Drew). Considerada uno de los personajes más odiados de la televisión,  y merecedora de ser incluida en la lista la de Peores Personajes de la TV, April no es tan infame como la pintan. Lo que sucede es que  está descolocada. Ella era la heroína de telenovela por excelencia. Buena, dulce, religiosa y virgen a la noble edad de 28 años. Cuando April perdió su virginidad fue con el Príncipe Azul de Seattle Grace, su amigo y confidente Jackson Avery (Jesse Williams). Como en toda trama telenovela, April quedaba embarazada. Jackson galantemente le ofrecía matrimonio. Solo que cuando La Dra. Kepner descubrió que todo fue una falsa alarma tuvo una reacción de alivio que ofendió a su amante (que en el fondo estaba enamorado de ella). Truene total de la pareja.

(fanpop.com)


Pronto April y Jackson están buscando nuevas parejas. El se involucra con la interna Stephanie (Jerrika Hinton), y ella con el paramédico Matthew (Justin Bruenick). Siguiendo con la moral telenovelera, Jackson puede tener sexo que quiera, pero el romance de su ex debe se totalmente casto. Incluso Matthew la rechaza inicialmente al saber que no es virgen.

El mismo día en que Matthew le pide matrimonio, April le confiesa a Jackson que no ha dejado de amarlo, él la manda a freír monos a Acapulco. Sin embargo, el día de a boda de April y Matthew, a pesar de estar acompañado por Stephanie, el Dr. Avery se pone de pie y decide “no callar para siempre”.


Pasada la primera sorpresa, y aprovechándose de estupor de los invitados, la novia huye con su ex y no se detienen sino hasta llegar a Lake Tahoe donde se casan. Y tenemos ahí dos recursos típicos de culebrón: la boda interrumpida y la novia fugitiva. Este lunes tendremos otro lugar común de telenovelas, Catherine, la dominante suegra de April, la acusará de ser una caza-fortunas. Ohh, ya me estoy comiendo las uñas. Ahora solo falta que el abuelito de Jackson mató al abuelito de Kepner y que ella se casó solo para vengarse de los Avery. En ese caso sería "Revenge", otro buen ejemplo de serie-culebrón.
(tumblr.com)

La audiencia adulta y sofisticada podrá despreciar a April, pero yo, la telenovelera, la quiero como quise a las heroínas de telenovela de mi infancia. Y de pronto me siento que tengo trece años de nuevo y estoy esperando ver el vestido de novia de “Muchacha Italiana Viene a Casarse” o que estoy pendiente del nacimiento de la nieta de “Simplemente María”. Ahora entiendo por qué soy adicta a “Grey´s Anatomy” y nunca la he abandonado.

Lo extraordinario, es que esta temporada el mismo personal del Grey Sloane Memorial ha descubierto lo peligroso que es convertir el lugar de trabajo en espacio para escarceos románticos. Esa costumbre de los médicos jefes de involucrarse sexualmente con los residentes es una bomba de tiempo que finalmente estalla.

Tanto Stephanie, como Shane (Gaius Charles), y Leah (Tessa Ferrer) se sienten utilizados y despreciados por los mandamases. No así Jo (Camila Luddington) que cada vez avanza mas en su relación con su mentor Alex Karev (Justin Chambers).  Leah pone una denuncia ante Recursos Humanos en la que acusa no a Arizona, sino a Callie de crearle una atmosfera hostil por estar celosa de su breve interludio con la Dra. Robbins.



Hunt, presidiendo a la junta directiva, toma medidas draconianas: se prohíbe toda fraternización romántica o sexual entre jefes y subalternos, a menos que estén ya casados (caso Ben-Miranda). Owen pone a Richard Webber (James Pickens) de “policía de calzones”. El pobre Jefe encuentra en un cuarto de medicinas a Los Avery (semi desnudos) y a Jo y Karev. Se ve obligados a acusarlos. Los Avery se libran de castigo anunciando que están casados, pero Jo y Alex son sancionados.

Furioso Karev les grita a los miembros de la junta que son unos hipócritas. Todos los presentes han tenido sexo y hasta se han casado con gente que conocieron en el hospital. Todo Seattle Grace fue construido sobre relaciones ilícitas (una alusión al legendario amorío del Chief Webber y la madre de Meredith).


Aparte de dar en el clavo, el discurso de Alex encierra la confirmación de  que en “Grey’s Anatomy” sexo y romance son tan trascendentales (mas que en otros dramas médicos) y explica el motivo por el cual  la serie de Shonda Grimes huele tanto a culebrón. Grey´s Anatomy puede verse por el canal SONY del cable latino todos los lunes, con repetición el sábado.

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